Liam Young utiliza su formación como arquitecto para explorar, mediante el cine de ciencia ficción, las relaciones entre la ficción, el diseño y el entorno construido. La construcción de mundos imaginados y la utilización del audiovisual para la narración de historias le permiten “dramatizar” los datos, superando así su simple visualización y permitiéndole comentar el presente que estos narran y establecer posibles hojas de ruta para solucionar las problemáticas que estos nos revelan.
Young es cofundador de Tomorrow’s Thoughts Today, un grupo de expertos
sobre futuros urbanos que reflexiona sobre el camino que nos abren las nuevas tecnologías y Unknown Fields, un estudio nómada que investiga escenarios ambientales y tecnológicos emergentes.
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Planet City
El cineasta australiano ha estrenado recientemente Planet City (2021), un proyecto cinematográfico (película + libro) ambientado en una ciudad ficticia habitada por 10.000 millones de personas, cifra que se aproxima a la población mundial que se prevé para el año 2050.
La película fue estrenada en la National Gallery of Victoria (Melbourne), dentro de la programación de la última NGV Triennial.
Planet City propone un modelo urbanístico radical para hacer frente a la crisis climática. Este consiste en la construcción de una mega ciudad cuyo tamaño es equivalente al 0,02% de la superficie del planeta y que permite albergar la población mundial gracias a la aplicación de sofisticadas tecnologías que garantizan el abastecimiento de recursos a su población.
La construcción de este proyecto urbanístico extremo permite a su vez liberar el 99,98% de la superficie del planeta, permitiendo que este espacio sea recuperado por la naturaleza.
Young plantea una inversión del proyecto colonialista y de globalización, realizando a su vez un interesante comentario sobre la necesidad de superar los actuales modelos urbanísticos, ambientales y extractivistas.
En definitiva, Planet City se plantea como una pieza de arquitectura crítica, una ficción especulativa basada en el análisis estadístico y respaldado por un equipo internacional de científicos, teóricos y asesores ambientales.
El punto de partida de este modelo está basado en una simple pregunta: ¿qué pasaría si llegáramos a un consenso global para vivir todos juntos en un solo entorno urbano completamente autosuficiente?
Origen de la idea: E. O. Wilson
Planet City está basada en las ideas que el biólogo Edward O. Wilson propuso en su libro Half-Earth (2016). En este libro E. O. Wilson sugiere evitar la inminente “sexta extinción” aumentando el área dedicada a reservas naturales hasta la mitad de la superficie terrestre, pero permitiendo el desarrollo humano en la otra mitad.
Liam Young comenzó a trabajar en la idea de E. O. Wilson, dándose cuenta de que podía reducir el área habitada por humanos al 0,02 % de la tierra si establecía una densidad de población equiparable a las ciudades actuales más densamente pobladas.
Densidad y autosuficiencia
El modelo planteado por Young se basa en la densidad y en rechazar la idea de un exterior donde obtener materias primas y arrojar los residuos. Anular estas divisiones entre lo urbano y lo “natural” permite pensar en un modelo autosuficiente que, por ejemplo, aprovecha los desechos orgánicos para fabricar fertilizantes o alimentos para animales.
Planet City se plantea además en base a tecnologías ya existentes, pero que no han sido aplicadas debido a la falta de voluntad política.
En este sentido, la propuesta de Liam Young pretende hacernos reflexionar sobre la diferencia existente entre el rápido avance de la tecnología y la forma pausada en que evolucionan las creencias políticas y sociales. Según Young esta diferencia de velocidades es una de las causas principales que impide que se creen soluciones efectivas ante el cambio climático.
Planet City ha sido diseñada a partir especulaciones y cálculos de reputados científicos, tecnólogos y economistas ambientales, tomando además como referencia instalaciones de energías renovables y agricultura a gran escala que se encuentran alrededor del planeta: la planta termosolar más grande del mundo en el Desierto de Mojave, el parque eólico más productivo en Gansu (China), el cultivo de algas más grande en Australia Occidental o la granja vertical más alta en Dubai.
Los procedimientos para el aprovechamiento de desechos orgánicos mencionados anteriormente también están basados en algunos sistemas diseñados por las NASA para las futuras colonias en Marte.
Todas estas infraestructuras son aplicadas en Planet City eliminando los obstáculos políticos y económicos, permitiendo así visualizarlos funcionando a gran escala e integrados dentro del entorno urbano (es aquí precisamente dónde reside el verdadero ejercicio de especulación que propone Young).
Así, los diferentes planos que podemos ver en la película nos muestran grandes superficies verticales con paneles solares; campos de cultivo de interior iluminados de forma artificial o canales de agua rosada –debido a las algas– bombeada mediante energía eólica.
Multiculturalismo e indumentaria
Planet City celebra además la multiculturalidad, mostrando cómo diferentes habitantes, con culturas e ideologías heterogéneas, conviven en armonía.
El modelo urbano de Planet City supera así imaginarios basados en ideas como los estado-nación o las fronteras, muy arraigadas en nuestra cultura occidental, para celebrar la convivencia entre culturas.
La ciudad se representa enlazando permanentemente celebraciones vinculadas a distintas etnias y generando un desfile que dura los 365 días del año y una perpetua nube de confeti. De esta forma, entre los diferentes planos, van apareciendo diferentes personajes danzando y celebrando de forma continua ese nuevo espacio urbano que cobija a la ciudadanía global.
Las máscaras y vestuarios que portan, cuyo diseño coordinó Ane Crabtree −directora de vestuario de The Handmaid’s Tale− remiten a narrativas tribales y animales ancestrales, unificando así verdad y mito, tiempos pretéritos y futuros, tecnología y naturaleza. La confección del vestuario se realizó por parte de un amplio equipo de diseñadoras de indumentaria que mantuvieron las ideas de reciclaje y sostenibilidad de Young.
Conclusión
Planet City se constituye como “una ficción en forma de ciudad”. No pretende imponerse como una fantasía tecno-utópica –pues se apoya siempre en unas bases tecnológicas y científicas reales−, ni tampoco como un ejercicio nostálgico para recuperar una condición “natural” primigenia.
El arquitecto/cineasta insiste en que su propuesta de desurbanización radical no es un intento de imponer una “visión singular”, sino más bien una provocación que persigue desvelar los síntomas de la crisis climática y poner sobre la mesa cómo esta tiene más que ver con un problema ideológico que tecnológico.
Según Young, este ejercicio de provocación permitirá abrir un debate colectivo, instaurando un compromiso ante los problemas del presente y permitiendo establecer nuevas proyecciones de futuro.
Enlazado desde: https://revistas.um.es/reapi/article/view/552171
Antonio R Montesinos
Artista visual, comisario y docente. Licenciado en Bellas Artes por la UPV y Máster en Artes Digitales por la UPF. Su práctica es de carácter interdisciplinar y aborda temáticas relacionadas con el fenómeno urbano, el impulso utópico o la ficción especulativa. Ha publicado en diversos medios y presentado su trabajo en multitud de galerías, ferias e instituciones públicas.