Modelo y certificado de accesibilidad: guía completa con ejemplos

MODELO DE INFORME DE ACCESIBILIDAD

Un buen modelo de informe y certificado de accesibilidad te ahorra problemas con licencias, subvenciones y reclamaciones de usuarios.

En nuestra experiencia, la clave es entender qué es cada documento, cuándo se usa y qué mínimo debe contener, en lugar de limitarse a rellenar plantillas vacías.

En esta guía explicamos cómo trabajamos nosotros los informes y certificados de accesibilidad de edificios y locales, qué diferencia hay con la declaración de accesibilidad web, y te damos un esquema de modelo comentado para que sepas qué revisar en cada caso.

No hace falta que seas técnico: la idea es que entiendas el proceso y sepas qué pedir y qué exigir.

Qué es un informe de accesibilidad y en qué se diferencia del certificado

Un informe de accesibilidad analiza la situación real de un edificio o local y propone mejoras; el certificado de accesibilidad es el documento que declara formalmente si se cumple o no la normativa.

Además, en el mundo online aparece una tercera pieza: la declaración de accesibilidad web, que es pública y se publica en la propia web.

Cuando trabajamos este tema con comunidades, empresas o particulares, casi siempre partimos de la misma confusión: “¿me hace falta un informe, un certificado o las dos cosas?”. Por eso empezamos aclarando vocabulario con ejemplos de encargos reales.

Informe de accesibilidad: definición sencilla y usos habituales

Un informe de accesibilidad es un documento técnico donde analizamos un edificio, local o entorno para ver si cumple la normativa de accesibilidad y, sobre todo, qué barreras existen y cómo se pueden eliminar.

En la práctica, cuando nos encargan un informe de accesibilidad solemos encontrarnos estos escenarios:

  • Comunidad de propietarios con vecinos mayores o con movilidad reducida y portal sin ascensor o con escalones.
  • Local comercial que quiere abrir al público, pero la entrada tiene uno o varios peldaños.
  • Centro sanitario, academia o centro de formación que necesita justificar que es accesible para obtener licencias o conciertos.

En el informe:

  • Describimos el edificio o local (año, plantas, número de viviendas o superficie, uso).
  • Revisamos itinerarios (de la calle a la puerta, y dentro del edificio).
  • Analizamos comunicación vertical (escaleras, rampas, ascensor).
  • Revisamos espacios comunes: portales, pasillos, garajes, trasteros, piscinas, zonas ajardinadas, etc.
  • Comprobamos elementos como puertas, aseos, vestuarios, plazas de aparcamiento, iluminación, señalización, dispositivos de apertura y comunicación.

El valor real del informe está en las conclusiones: qué incumple, por qué, qué soluciones proponemos y en qué orden es más razonable acometerlas (por coste, por impacto y por urgencia).

Muchas subvenciones o ayudas piden precisamente ese informe para justificar las obras.

Certificado de accesibilidad: cuándo te lo van a pedir

El certificado de accesibilidad es el documento donde un técnico competente declara si el edificio, local o entorno cumple o no cumple la normativa de accesibilidad aplicable. No describe tanto el detalle como el informe, sino que resume el resultado.

Nos suelen pedir certificados de accesibilidad en estos casos:

  • Apertura o cambio de uso de un local (por ejemplo, montar una clínica, una academia o un centro de día).
  • Subvenciones para eliminar barreras arquitectónicas en comunidades de propietarios.
  • Informes de Evaluación de Edificios (IEE) que incluyen la parte de accesibilidad.
  • Procesos de homologación de centros (residencias, centros sanitarios, centros educativos privados, etc.).

Nuestra forma de trabajar casi siempre es la misma:

  1. Primero hacemos un informe de accesibilidad o utilizamos uno existente, para tener una base sólida.
  2. A partir de ahí redactamos el certificado, donde:
    • Identificamos el edificio o local.
    • Citamos la normativa que aplicamos.
    • Indicamos si cumple o no cumple, y en su caso en qué condiciones o con qué pendientes.

El certificado pesa mucho más a nivel administrativo y legal que el informe, por eso cuidamos especialmente que esté bien fundamentado en la parte técnica.

Declaración de accesibilidad web: la parte online de la accesibilidad

La declaración de accesibilidad web es un documento público que se publica normalmente en el pie de página de una web (o app) y donde se indica hasta qué punto el sitio cumple los requisitos de accesibilidad digital.

Aunque en edificios trabajamos con informes y certificados, en webs hablamos de:

  • Normas técnicas (por ejemplo, estándares de accesibilidad web tipo WCAG/UNE-EN 301 549).
  • Nivel de conformidad (por ejemplo, cumplimiento parcial o completo).
  • Contenido no accesible (qué partes no se ajustan y por qué).
  • Contacto y reclamaciones (canales para que las personas usuarias informen de problemas de accesibilidad).

Cuando nos toca asesorar a empresas que tienen local físico y web, siempre diferenciamos:

  • Informe/certificado de accesibilidad → para el espacio físico.
  • Declaración de accesibilidad → para la web o app.

Son mundos distintos, pero comparten filosofía: explicar con claridad qué se cumple, qué no y qué se va a mejorar.

Modelo de informe de accesibilidad para edificios (plantilla comentada)

Un modelo de informe de accesibilidad útil no es una colección de frases grandilocuentes, sino una plantilla clara que te obliga a revisar lo que de verdad importa.

Hemos ido puliendo nuestro esquema con los años hasta quedarnos con una estructura que funciona para viviendas, comunidades y locales.

A continuación te dejamos un modelo comentado, tal y como solemos organizar nosotros los informes, para que entiendas qué debe cubrir cada apartado.

Datos del edificio, del encargo y de la normativa aplicada

Empezamos siempre por situar el informe: qué se analiza, quién lo encarga y con qué reglas del juego.

Solemos incluir:

  • Identificación del edificio/local
    • Dirección completa.
    • Uso principal (vivienda, terciario, sanitario, docente…).
    • Año aproximado de construcción y reformas relevantes.
    • Número de plantas y, en su caso, número de viviendas o locales.
  • Datos del encargo
    • Quién nos contrata (comunidad de propietarios, empresa, particular).
    • Finalidad: licencia, subvención, diagnóstico previo a reforma, IEE, etc.
    • Alcance: edificio completo, solo portal, solo local en planta baja, parking, etc.
  • Normativa de referencia
    • Normativa general de accesibilidad de tu comunidad autónoma y municipio.
    • CTE/DB de seguridad de utilización y accesibilidad (para edificios).
    • Otra normativa sectorial si aplica (centros sanitarios, docentes, residencias…).

En esta parte, lo que buscamos es que cualquier tercero entienda el contexto: no es lo mismo revisar un bloque de 40 viviendas de los años 70 sin ascensor que un local nuevo en planta baja.

Cuando explicamos esto bien, la administración y los vecinos comprenden mejor las conclusiones del informe.

Itinerario accesible desde la calle hasta la vivienda o local

Si la persona no puede entrar al edificio o al local, el resto del informe casi sobra. Por eso le damos tanto peso al itinerario desde la vía pública hasta la puerta de acceso.

En este apartado describimos, de forma ordenada:

  1. Entorno inmediato
    • Pavimento de la acera (regularidad, resbaladicidad).
    • Bordillos rebajados o pasos peatonales cercanos.
    • Anchura libre de paso hasta la puerta (mobiliario, farolas, escalones…).
  2. Acceso al portal o local
    • Presencia de peldaños o rampas.
    • Características de la rampa, si existe (pendiente, longitud, mesetas, pasamanos).
    • Tipo de puerta (ancho libre, peso, sistema de apertura, tiradores).
  3. Vestíbulo y recorrido hasta ascensor/escalera/local
    • Espacio para maniobra de silla de ruedas.
    • Posibles cambios de nivel intermedios.
    • Señalización e iluminación.

En nuestro día a día, uno de los puntos más conflictivos son los tramos de pocos peldaños sin soluciones razonables: portales donde no cabe una rampa normativa, o locales con un escalón muy alto a pie de calle. En estos casos, el informe debe:

  • Dejar claro por qué el acceso actual no cumple.
  • Plantear alternativas realistas (rampa con plataforma, elevador, reorganización del vestíbulo, soluciones mixtas).

Así el lector no solo ve el problema, sino también las opciones.

Comunicación vertical: escaleras, rampas y ascensor

La comunicación vertical condiciona fuertemente la accesibilidad de un edificio existente. Aquí analizamos cómo se pasa de una planta a otra y si hay alternativas para personas con movilidad reducida.

En este bloque solemos desglosar:

  • Escaleras
    • Anchura útil.
    • Altura de peldaños y profundidad de huellas.
    • Existencia y continuidad de barandillas y pasamanos.
    • Presencia de tramos irregulares, giros peligrosos, cambios de altura sin señalizar.
  • Rampas interiores
    • Pendiente, mesetas intermedias, anchura.
    • Existencia de pasamanos a ambos lados.
    • Superficie antideslizante.
  • Ascensores
    • Existencia o no de ascensor.
    • Dimensiones de cabina y puertas.
    • Altura y tipo de botoneras, indicadores luminosos y acústicos.
    • Relación entre la planta y el rellano (nivelación, peldaños residuales).

Cuando visitamos un edificio sin ascensor, anotar solo “no dispone de ascensor” se queda muy corto. En el informe analizamos:

  • Si existe posibilidad razonable de instalarlo (hueco de escalera, patio, fachada, soluciones mixtas).
  • Qué implicaría cada opción (ocupación de zonas comunes, afectación a viviendas, coste orientativo).

El objetivo es que el informe sirva de base de decisión a la comunidad, más allá de la simple etiqueta de “cumple” o “no cumple”.

Zonas comunes, garaje, trasteros y piscinas

Una vez resuelto el acceso y la comunicación vertical, bajamos al detalle de las zonas comunes, donde aparece buena parte de los problemas cotidianos.

En este apartado revisamos, entre otros:

  • Vestíbulos y pasillos
    • Anchura libre de paso.
    • Obstáculos fijos (mobiliario, buzones, elementos decorativos).
    • Puertas intermedias (anchos, sistemas de cierre automático).
  • Garaje y trasteros
    • Acceso desde el portal (sin peldaños, con rampa, con ascensor).
    • Recorrido hasta las plazas de aparcamiento accesibles (si existen).
    • Dimensiones de plazas reservadas y señalización.
    • Condiciones de iluminación y ventilación.
  • Piscinas y zonas de ocio
    • Itinerario desde la vivienda o el portal hasta la zona de piscina.
    • Acceso al vaso de la piscina (escaleras, peldaños, grúas, rampas, barandillas).
    • Vestuarios y duchas, si existen.

En nuestra experiencia, muchas comunidades pensaban que “con tener un ascensor ya estaba todo hecho”, y sin embargo:

  • El garaje es inaccesible para alguien en silla de ruedas.
  • La piscina solo tiene escalerilla vertical sin ayudas técnicas.
  • Los trasteros están en una planta sin ascensor ni rampas.

El informe tiene que dejar claro si estos espacios forman parte del itinerario accesible y qué medidas razonables se pueden plantear para adaptarlos.

Aseos, vestuarios, mecanismos y señalización accesible (SIA)

Por último, el modelo de informe debe reservar un apartado específico a los espacios higiénicos y a los elementos de interacción con el edificio.

En este bloque solemos revisar:

  • Aseos y vestuarios
    • Si existe o no aseo accesible.
    • Dimensiones de cabina, espacio de giro y transferencia lateral.
    • Tipo de puerta y sentido de apertura.
    • Altura y tipo de aparatos sanitarios (inodoro, lavabo, barras de apoyo, duchas).
  • Mecanismos y dispositivos
    • Altura y accesibilidad de timbres, videoporteros, interruptores y cuadros de mando.
    • Sistemas de apertura de puertas (manilla, pomo, tirador vertical, automatismos).
    • Controles de iluminación, climatización, etc.
  • Señalización e información accesible (SIA)
    • Carteles identificativos (contraste, tipografía, altura).
    • Señalización táctil o braille cuando procede.
    • Señales acústicas en ascensores o avisos importantes.

Aquí es donde más se nota si el edificio o local se ha diseñado pensando en todas las personas o solo se han resuelto mínimamente los accesos. En los informes procuramos ser muy claros:

  • Qué elementos no cumplen.
  • Qué actuaciones serían relativamente sencillas (cambiar herrajes, bajar mecanismos, mejorar señalización).
  • Cuáles exigen obras de mayor calado (ampliar aseos, redistribuir vestuarios, etc.).

Modelo de certificado de accesibilidad (ejemplo explicado paso a paso)

Mientras que el informe entra al detalle, el certificado de accesibilidad condensa la información clave en dos o tres páginas.

Nuestro modelo busca ser muy claro para la administración y para quien encarga el trabajo.

Te resumimos cómo lo estructuramos habitualmente y qué debe quedar siempre por escrito.


Estructura mínima de un certificado de accesibilidad

Aunque cada técnico tenga sus matices, el certificado de accesibilidad suele incluir estos bloques mínimos:

  1. Encabezado e identificación del técnico
    • Nombre, apellidos y titulación (arquitecto, arquitecto técnico…).
    • Colegio profesional y número de colegiado.
    • Datos de contacto.
  2. Identificación del inmueble o local
    • Dirección completa.
    • Uso principal.
    • Referencia catastral si procede.
  3. Objeto del certificado
    • “Certificar la accesibilidad de…”
    • Finalidad: licencia, subvención, IEE, homologación, etc.
  4. Normativa de aplicación
    • Principales normas y reglamentos tenidos en cuenta.
  5. Base del certificado
    • Referencia al informe de accesibilidad realizado.
    • Fecha de visita o inspección.
  6. Conclusión
    • Declaración de cumplimiento o no cumplimiento.
    • Condiciones o limitaciones (por ejemplo, cumplimiento parcial, actuaciones pendientes).
  7. Lugar, fecha y firma
    • Firma manuscrita o digital del técnico.

Al redactarlo, intentamos evitar fórmulas confusas. Si el edificio no cumple, lo decimos claramente, y explicamos si el certificado se emite para documentar esa situación o para acompañar un proyecto de mejora.

Quién puede firmar y qué responsabilidades asume

En la práctica, el certificado de accesibilidad lo firma un técnico competente, normalmente:

  • Arquitecto.
  • Arquitecto técnico/aparejador.

La responsabilidad principal del firmante es que lo que certifica sea cierto dentro del alcance del encargo:

  • Que ha visitado el inmueble o ha verificado suficientemente la información.
  • Que ha aplicado adecuadamente la normativa declarada.
  • Que la conclusión refleja la realidad en la fecha indicada.

Por eso nosotros:

  • Evitamos certificar sin visita previa o sin una base documental sólida.
  • Limitamos claramente el alcance (“solo zonas comunes”, “solo local de planta baja”, etc.).
  • Especificamos si existen obras en curso o si hay condiciones que puedan alterar la accesibilidad en el futuro.

Es importante que el propietario entienda que el certificado no es un simple papel, sino una declaración técnica.

Si más adelante hay un problema grave de accesibilidad, la administración o un juez pueden mirar ese certificado para ver qué se afirmó en su día.

Cómo se vincula el certificado al informe técnico o al IEE

Lo más sano profesionalmente es que el certificado de accesibilidad se apoye en:

  • Un informe de accesibilidad específico, o
  • Un Informe de Evaluación de Edificios (IEE) que incluya la parte de accesibilidad.

Nuestra práctica habitual:

  1. Redactamos el informe o IEE donde se detalla la situación y se proponen mejoras.
  2. Incorporamos en el certificado una frase tipo:
    • “Este certificado se basa en el Informe de Accesibilidad de fecha X, redactado por el mismo técnico, que forma parte de la documentación.”
  3. Adjuntamos el informe o indicamos dónde se encuentra archivado.

Así, si la administración necesita más detalle, lo tiene. Y si en el futuro se discute la accesibilidad del edificio, queda claro que el certificado no nació de la nada, sino de un análisis razonado.

Modelo de declaración de accesibilidad web (resumen práctico)

La declaración de accesibilidad web suele tener un modelo oficial de referencia, pero es fácil perderse en tecnicismos.

A la hora de redactarla, lo que buscamos es claridad para las personas usuarias y alineación con lo que realmente cumple la web.

Cuando ayudamos a redactar una declaración, usamos una estructura muy parecida a la del modelo europeo, pero en lenguaje comprensible.

Apartados obligatorios de la declaración de accesibilidad

Casi todas las declaraciones de accesibilidad web incluyen estos bloques:

  1. Declaración de compromiso
    • Quién es el titular de la web.
    • Compromiso con la accesibilidad y el objetivo de cumplir la normativa aplicable.
  2. Situación de cumplimiento
    • Sitio plenamente conforme, parcialmente conforme o no conforme con los requisitos.
    • Referencia a la norma técnica usada como base.
  3. Preparación de la declaración
    • Fecha de elaboración o última revisión.
    • Método usado (autoevaluación, auditoría externa, herramientas automáticas…).
  4. Contenido no accesible
    • Listado de problemas conocidos (por ejemplo, vídeos sin subtitular, PDFs sin etiquetar, etc.).
    • Justificación si hay alguna carga desproporcionada.
  5. Información complementaria
    • Tecnologías y navegadores compatibles.
    • Recomendaciones mínimas (por ejemplo, versión de navegador).

Estos apartados dan una visión honesta de la situación, y ayudan a priorizar futuras mejoras.


Cómo describir el contenido no accesible y las alternativas

La parte más delicada suele ser la de contenido no accesible. Lo importante es evitar frases genéricas como “puede haber errores de accesibilidad” y pasar a ejemplos concretos.

Algunos ejemplos que solemos incluir:

  • “Algunos documentos PDF antiguos pueden no ser plenamente accesibles para lectores de pantalla.”
  • “Los vídeos publicados antes de 2020 pueden no disponer de subtitulado.”
  • “Puede haber imágenes informativas sin texto alternativo adecuado.”

Cuando es posible, añadimos alternativas y planes:

  • “Si necesita acceder a un documento no accesible, puede solicitarlo en formato accesible a través del formulario de contacto.”
  • “Estamos trabajando en la revisión de los PDFs publicados antes de X.”

Este enfoque transmite que la organización reconoce las limitaciones y tiene voluntad de mejora, en lugar de esconder el problema.

Contacto, quejas y procedimiento de reclamación

La declaración de accesibilidad web debe facilitar un canal directo con las personas usuarias para:

  • Informar de problemas de accesibilidad.
  • Solicitar información accesible alternativa.
  • Presentar quejas o sugerencias.

Normalmente añadimos:

  • Un correo electrónico específico o un formulario de contacto.
  • Un teléfono, si procede.
  • Referencia al procedimiento de quejas/reclamaciones ante el órgano competente (sobre todo en webs de administraciones y entidades obligadas por ley).

En nuestro día a día, hemos visto que muchas mejoras de accesibilidad web nacen de comentarios de usuarios concretos: alguien que no puede usar un formulario, que no entiende un documento o que no puede acceder desde un lector de pantalla.

Una buena declaración de accesibilidad facilita esa conversación.

Cuándo necesitas informe, certificado o declaración de accesibilidad (casos reales)

No siempre hace falta todo: hay situaciones en las que con un informe basta, otras donde la administración pide expresamente certificado, y otras en las que lo clave es la declaración de accesibilidad web.

La prioridad es entender qué te están pidiendo exactamente.

Veamos casos típicos con ejemplos de nuestro trabajo.

Comunidades de propietarios y viviendas existentes

En comunidades de propietarios, lo habitual es que surja la duda cuando:

  • Hay vecinos de edad avanzada o con movilidad reducida.
  • Se plantea instalar un ascensor o salvar escalones en el portal.
  • Aparecen ayudas públicas para la eliminación de barreras arquitectónicas.

En estos casos, nosotros solemos recomendar:

  • Informe de accesibilidad cuando la comunidad necesita:
    • Conocer el estado real.
    • Estudiar distintas opciones de mejora.
    • Tener una base para pedir presupuestos y subvenciones.
  • Certificado de accesibilidad cuando:
    • La administración lo exige para una ayuda concreta.
    • Se debe aportar como parte de un IEE u otro trámite oficial.

En edificios antiguos, es muy frecuente que el informe salga desfavorable en algunos puntos; eso no es un fracaso, es información útil para decidir qué obras hacer y en qué orden. Lo importante es que el documento deje claro:

  • Qué barreras existen.
  • Qué soluciones son razonables.
  • Qué nivel de accesibilidad se alcanzaría tras las actuaciones.

Locales comerciales, academias y centros sanitarios

En locales abiertos al público, la accesibilidad suele ser un requisito para:

  • Obtener licencias de apertura o de actividad.
  • Renovar autorizaciones o conciertos con la administración.
  • Cumplir con normativa sectorial específica.

Cuando revisamos locales, nos encontramos patrones muy repetidos:

  • Escalón en la entrada sin rampa normativa.
  • Puerta pesada o estrecha.
  • Falta de aseo accesible aunque la superficie o el uso lo exijan.

Aquí lo más prudente suele ser:

  • Hacer un informe de accesibilidad del local antes de reformar.
  • Incorporar las actuaciones necesarias al proyecto de adecuación.
  • Emitir un certificado de accesibilidad al final de las obras, cuando realmente se cumplen las condiciones.

Esto evita sorpresas tipo “pensábamos que la rampa estaba bien y nos han tirado atrás la licencia”.


Pymes con local físico y página web

Cada vez vemos más negocios pequeños que tienen:

  • Local físico (tienda, despacho, consulta…).
  • Página web propia con reserva de cita, venta online o información clave.

Aquí la estrategia que seguimos es:

  • En el plano físico:
    • Informe de accesibilidad del local si hay dudas o problemas evidentes.
    • Certificado de accesibilidad si lo exige la administración o el centro comercial donde está el local.
  • En el plano digital:
    • Revisar la web con criterios básicos de accesibilidad (contrastes, tamaños de letra, formularios, etc.).
    • Redactar una declaración de accesibilidad web realista, aunque no sea legalmente obligatoria, indicando qué se cumple y qué se va a mejorar.

Este enfoque da una imagen muy sólida: demuestra preocupación por todas las personas usuarias y reduce riesgos de quejas o reclamaciones por discriminación.


Cuánto cuesta un informe o certificado de accesibilidad y cuánto tarda

Los costes y plazos dependen mucho del tipo de inmueble, la extensión del trabajo y la documentación disponible.

Aun así, hay patrones que se repiten y que ayudan a hacerse una idea.

En nuestro caso siempre explicamos que el precio no es solo “por folios”, sino por el tiempo de visita, análisis, redacción y responsabilidad profesional.


Factores que influyen en el precio final

Cuando valoramos un informe o certificado de accesibilidad, solemos tener en cuenta:

  • Tipo y tamaño del inmueble
    • No es lo mismo un pequeño local en planta baja que una comunidad de 60 viviendas con garaje y piscina.
  • Estado de la documentación
    • Si hay planos actualizados, IEE previo o proyectos, se ahorra mucho tiempo.
    • Si no hay nada, hay que tomar más datos en campo.
  • Alcance del encargo
    • Solo zonas comunes.
    • Edificio completo.
    • Varios portales o manzanas.
  • Objetivo del trabajo
    • Diagnóstico interno para la comunidad o empresa.
    • Informe o certificado para trámite administrativo concreto.

En función de todo esto, el abanico de precios puede ir desde cantidades relativamente modestas para locales o edificios pequeños hasta importes más altos en edificios complejos o conjuntos residenciales grandes.

Lo importante es que el técnico explique bien:

  • Qué incluye el presupuesto.
  • Cuántas visitas están contempladas.
  • Qué documentación final se entregará (informe, certificado, anexos, planos, etc.).

Plazos habituales y documentación que tendrás que aportar

En cuanto a plazos, lo que más los alarga no es la redacción, sino:

  • Coordinar la visita con comunidad o empresa.
  • Conseguir llaves o accesos a todas las zonas.
  • Recibir planos o documentación complementaria.

En encargos estándar, solemos movernos en estos escenarios:

  • Locales pequeños:
    • Visita y toma de datos en 1 día.
    • Informe y certificado (si procede) en 1–2 semanas.
  • Edificios residenciales:
    • Visita y revisión de zonas comunes en 1 o 2 días (según tamaño).
    • Informe de accesibilidad en 2–3 semanas.
    • Certificado, si se pide, en pocos días tras cerrar el informe.

Para que todo fluya, pedimos con antelación:

  • Datos básicos del inmueble.
  • Planos o documentación disponible.
  • Copia de la carta o requerimiento administrativo, si la hay, para ajustarnos exactamente a lo que piden.

Preguntas frecuentes sobre modelo y certificado de accesibilidad

¿Qué es un modelo de informe de accesibilidad?

Un modelo de informe de accesibilidad es un esquema o plantilla que organiza toda la información que debe revisarse en un edificio o local: datos generales, itinerarios, comunicación vertical, zonas comunes, elementos accesibles y conclusiones.

La plantilla te sirve como checklist, pero lo importante es adaptarla al caso real y a la normativa aplicable.

¿Cuándo necesito un certificado de accesibilidad para mi edificio o local?

Normalmente te pedirán un certificado de accesibilidad cuando el trámite sea administrativo o legal: licencias de apertura o de actividad, subvenciones para eliminar barreras arquitectónicas, homologación de centros o informes de evaluación de edificios.

En estos casos, la administración quiere un documento firmado por un técnico competente que acredite si se cumple o no la normativa.

¿Es obligatorio adaptar mi edificio existente a la normativa de accesibilidad?

Depende de la normativa de tu país y de tu comunidad autónoma, pero en general existen obligaciones progresivas para mejorar la accesibilidad, sobre todo cuando se acometen obras relevantes o cuando viven personas con discapacidad.

Aunque no se pueda llegar al 100 % en edificios antiguos, suele exigirse al menos adoptar las medidas razonables que permitan un uso más accesible.

¿Puedo usar un modelo de internet para mi informe o certificado de accesibilidad?

Puedes usar una plantilla de internet como punto de partida, pero nunca como sustituto del trabajo técnico.

El riesgo es que la plantilla tenga normativa desfasada o que no se ajuste a tu caso. Lo recomendable es que el modelo lo revise y complete un técnico competente, y que siempre haya una visita o análisis real del edificio o local.

¿Qué diferencia hay entre informe, certificado y declaración de accesibilidad web?

El informe de accesibilidad analiza la situación real y propone mejoras. El certificado de accesibilidad es el documento firmado que declara si se cumple o no la normativa en un edificio o local.

La declaración de accesibilidad web es un texto público que se publica en la web y en el que se explica el grado de conformidad del sitio, los contenidos no accesibles y los canales de contacto y reclamación.

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