La arquitectura tiene que ver con la naturaleza, la biología y los ecosistemas; estos son contenedores y contenido. No podemos intervenir en un lugar sin conocer sus condiciones climáticas, los aspectos físicos, geográficos o los organismos que lo integran.
Crear y construir son acciones que comparten naturaleza y arquitectura, ¿puede haber una mejor comparación? Se dice que una inspira a la otra, pero la máxima es imitarla. Esta es la premisa de la Biomímesis: “la naturaleza como modelo, medida y mentor”[1].
La tecnología aplicada debe contemplar el equilibrio entre lo biológico y lo técnico para dar un salto cuántico hacia una arquitectura que imite la naturaleza en vez de intentar dominarla.
La biomímesis es un gran descubrimiento. Como nos desvela la bióloga Janine Benyus, se trata de “una nueva ciencia que estudia los modelos de la naturaleza para imitar o inspirarse en los diseños y procesos biológicos para resolver problemas humanos”. Este concepto aplicado en arquitectura supondría una evolución en la creación de estructuras y materiales, pero además en la producción, canalización y almacenaje de energía.
Sobre este último particular, pensamos que las placas solares son lo más cercano a la producción ecológica de energía; sin embargo y como nos recuerda Benyus, “los paneles solares están hechos de sílice, un material nunca encontrado en el plan de las plantas verdes”{2]. Por otra parte, se trata de un sistema aún costoso y poco eficiente: “las células fotovoltaicas (…) no pueden efectuar la química de las plantas para convertir la luz en combustible almacenable”.
Esto quiere decir que estamos aún muy lejos de imitar la fotosíntesis, aunque se está trabajando en la fotosíntesis artificial o híbrida. Mucho de lo que se etiqueta de arquitectura sostenible no tiene nada que ver con lo que es sostenible en la naturaleza.
Indice de contenidos
Biología en arquitectura
La arquitectura no es solo arte, con ella podemos imitar el arte de la naturaleza. Un ejemplo es el trabajo que desarrolla la diseñadora y arquitecta Neri Oxman, que propone integrar tecnología y biología en un trabajo conjunto con ordenadores, robots, elementos orgánicos y seres vivos para aprender a crear como lo hace la naturaleza. El trabajo que desarrolla integra cuatro disciplinas: el diseño computacional, la fabricación aditiva, la ingeniería de materiales y la biología sintética.
La intersección de estos campos permite el acceso a nuevas herramientas, esto es posible gracias a la evolución tecnológica que ha creado y desarrollado nuevos y avanzados instrumentos para el diseño. Estos avances permiten experimentar para producir nuevos materiales 100% orgánicos, tomando muestras de compuestos naturales, combinándolos o integrándolos para obtener una variedad de cualidades y características que respondan de forma biológica a la temperatura, al peso, a la luz; es decir, con la finalidad de crear materiales para cerramientos, cubiertas o estructuras. Esto es lo más parecido a construir como y con la naturaleza.
Tal y como lo muestra Oxman el proceso de diseño es holístico, los proyectos se idean con software de simulación que permiten crear geometrías complejas y visualizar los procesos de desarrollo; las impresoras 3D y robots permiten construir estructuras complejas de diversas escalas con una curada precisión.
En paralelo se investigan sustancias y elementos que se encuentran en la natura y que producen organismos, con estos se hacen prototipos de materiales o se elaboran con la colaboración de seres vivos. Algunos ejemplos son: el proyecto Aguahoja, una estructura con forma de cilindro que imita una hoja que se pliega hacia dentro y cuya piel está compuesta de celulosa, pectina y quitina, para mostrar el potencial de los biopolímeros como sustitutos del plástico. Y el Pabellón de Seda, una estructura de tejido “bio-digital” a gran escala de creación y confección híbrida, entre seres vivos y máquinas.
Tecnología en arquitectura
La tecnología tiene muchas aristas, su aplicación y desarrollo permea muchos campos productivos. En arquitectura, la idea de tecnología está relacionada por una parte, con la técnica constructiva, los materiales, cerramientos e instalaciones; y por otra parte con las herramientas de diseño, modelado y simulación. Estas últimas, gracias a la evolución del software, han potenciado la capacidad de crear y generar geometrías complejas, lo que facilita la incorporación e integración de características y variables orgánicas para diseños orgánicos.
Para que la función determine la forma debe haber una correspondencia integral entre ambas, para que una pueda generar la otra y esta sea eficiente; este es el principio de la naturaleza. En este proceso de acercamiento a lo orgánico —a la naturaleza— la tecnología digital es una herramienta facilitadora para el diseño.
Las formas “inimaginables” del arquitecto Michael Hansmeyer son un ejemplo de lo que no podría dibujar una mano, pero sí pueden hacer los algoritmos. Basado en el concepto de la morfogénesis, abstrae el proceso y lo lleva al ordenador donde con algoritmos codifica la multiplicación de pliegues para generar complejas estructuras 3D.
La modelización y diseño con algoritmos nos habla de la superación de los límites físicos y de la completa manipulación de la geometría para crear nuevos tipos de espacios, lo que supondrá un cambio en los materiales y las formas constructivas. En definitiva, un cambio de paradigma en la forma de producir arquitectura.
Un futuro híbrido
Vivimos en un momento bisagra, los avances tecnológicos se producen en distintos campos de conocimiento, permean los espacios vacíos para completar o mejorar las prestaciones de una competencia o aplicación. Esta interrelación entre distintas espacialidades supone evolucionar hacia la solución holística de problemas comunes.
Hoy día los conceptos de híbrido y digital forman parte del léxico coloquial y son más cercanos porque estamos en contacto con la tecnología que las impone. La arquitectura no puede quedarse atrás, pero la tecnología aplicada debe contemplar el equilibrio entre lo biológico y lo técnico para dar un salto cuántico hacia una arquitectura que imite la naturaleza en vez de intentar dominarla.
Sabrina Gaudino Di Meo | Arquitecta | @gaudi_no
Notas:
- Benyus, Janine. (2012). Biomímesis. Barcelona: Tusquets Editores.
- Ibídem