URBANISMO TÁCTICO | Antonio R Montesinos
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19 08 2020

URBANISMO TÁCTICOAntonio R Montesinos

Estas últimas semanas nuestras televisiones y dispositivos se han llenado con imágenes de diferentes tipos de intervenciones urbanas que se podrían definir dentro de lo que se ha denominado como urbanismo táctico. Por un lado están las intervenciones que las diferentes administraciones han realizado en ciudades de todo el mundo para redistribuir el movimiento de los transeúntes, ayudando de este modo a respetar las medidas de distanciamiento social.

URBANISMO TÁCTICO
Carril para peatones en Barcelona

Por otro lado también hemos visto este tipo de intervenciones realizadas por parte de los movimientos de protesta por la muerte George Floyd el pasado 25 de mayo. Es caso más llamativo es el de Washington D.C., donde su alcaldesa, Muriel E. Bowser, ordenó pintar el 5 de junio unas gigantescas letras de color amarillo dónde se podía leer el lema de estos movimientos: ‘Black Lives Matter’. La frase ocupa una sección de la 6th North-West Road, donde unos días antes la Guardia Nacional reprimió duramente a los manifestantes para permitir que Trump posase ante los medios biblia en mano. Esta calle desemboca directamente a la Casa Blanca y ahora ha sido renombrada ‘Black Lives Matter Plaza NW’. Estas medidas, sin embargo, no gustaron demasiado al movimiento ‘Black Lives Matter DC’, que acusó a la alcaldesa de hacer un acto propaganda.

El término “urbanismo táctico” se popularizó en la primera década del los años 2000. Tiene su origen en el libro “La invención de lo cotidiano”, de Michel de Certeau, en donde el autor establece una diferencia entre los términos “táctica” y “estrategia”. Certeau relaciona la “estrategia” con una posición de poder, relacionada a su vez con un lugar estático, donde poder atesorar privilegios y desde el cual establecer un control. En cambio, la “táctica” para Certeau tiene más que ver con un recurso del débil para contrarrestar la estrategia de control del fuerte. Se caracteriza por dar más importancia al tiempo que al espacio, pues siempre sucede en un momento preciso y en un lugar que pertenece en realidad al poder. Al carecer de lugares y espacios propios, lo “táctico” ha de valerse de los espacios del poder, por lo que debe actuar con rapidez y de forma audaz.

Certeau utilizó el término “urbanismo táctico” para referirse a los acontecimientos del mayo del 68 en París, estableciendo una oposición con el «urbanismo estratégico» que relacionaba con la planificación de la ciudad por parte de los estamentos de poder. De esta forma el “urbanismo táctico” tiene que ver con intervenciones de carácter emergente, poco costosos y temporales, que buscan implementar con mayor agilidad cambios sobre un espacio ya planificado por el poder. En un principio este tipo de técnicas estaban muy ligadas a micro-acciones vecinales, de protesta o activismo, pero más adelante fueron adoptadas también por las instituciones, que mediante estas técnicas podían implementar nuevas ideas sin riesgos políticos o económicos.

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Reclaim The Streets (1995-2000)

El urbanismo táctico surgió formalmente como un movimiento después de una reunión del grupo “Next Generation of New Urbanist”, en Nueva Orleans, durante el año 2010. En esta reunión Mike Lydon (http://www.street-plans.com/) comentó, entre otro casos, el trabajo de Janette Sadik-Khan al frente del Departamento de Transporte (DOT) de Nueva York. Su mandato duró desde el año 2007 hasta el año 2013 y estuvo marcado por promover importantes cambios con un coste mínimo en los espacios públicos de la ciudad. Sadik-Khan implementó más de 600 kilómetros de ciclovías, pistas para buses, un sistema de bicicletas públicas y hasta 60 plazas peatonales, pero su proyecto estrella fue la peatonalización de Times Square.

“una gran cantidad de ciudades se resisten a probar cosas, como tienen miedo de que podrían no funcionar. Sin embargo, hay mucho que puede hacer solo con pintura, maceteros y piedras de puentes viejos. Cerramos Broadway en Times Square en unos meses utilizando solo los materiales que teníamos en el Departamento de Transporte”

Un año después, en el año 2011, Mike Lydon, junto a Anthony Garcia, lanzó una publicación  llamada “Tactical Urbanism: Short-Term Action, Long-Term Change”, acuñando el sentido moderno del término. A continuación publicó una serie de guías que ampliaban la investigación a latinoamérica y Europa.

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Street Figt, de de Janette Sadik-Khan – Tactical Urbanism, de Mike Lydon y Anthony Garcia

Estas publicaciones pusieron de moda el término y poco a poco instituciones de todo el mundo comenzaron a utilizar este tipo de intervenciones para testear cambios en la organización de la ciudad de forma ágil y económica. Esta metodología les permitía obtener una aproximación del impacto generado por los cambios implementados y tomar decisiones al respecto. Un caso paradigmático a nivel nacional es el caso de Barcelona, que hace ya unos años utilizó el urbanismo táctico para pacificar y modificar varias zonas, como el plan de las “superilles” o la remodelación de la plaza de las Glorias Catalanas.

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Superilla de Poblenou

No cabe duda que este tipo de intervenciones están permitiendo recuperar espacios para el ciudadano por medio de intervenciones de bajo costo. Es seguro que cada vez veremos más este tipo de intervenciones, pues vivimos una época atravesada por una crisis medioambiental y otra sanitaria. Las instituciones están obligadas a pensar en una modificación profunda de nuestros espacios urbanos y realmente este tipo de actuaciones son una buena forma de que nuestras ciudades evolucionen hacia espacios más estéticos y más humanos.

URBANISMO TÁCTICO 2

En el anterior artículo que escribí para este canal intenté analizar el origen y las bases conceptuales de lo que se ha venido a denominar “urbanismo táctico”. Estos meses se ha popularizado especialmente este término, debido a las diferentes intervenciones que se han visto obligadas a realizar las administraciones para adecuar los espacios públicos a las nuevas necesidades que la crisis sanitaria está demandando.

Ciudades de todo el mundo están reconociendo el potencial de lo gráfico para reorganizar de forma rápida y creativa sus espacios públicos, planteando así un nuevo diseño urbano que permita respetar las medidas higiénicas, la distancia de seguridad y dando prioridad al peatón y a las bicicletas. Este tipo de intervenciones han permitido rediseñar nuestras calles de forma rápida y barata, pero no siempre se han realizado de forma correcta, por lo que su recepción por parte de la ciudadanía no ha sido siempre positiva. De hecho estas últimas semanas se ha dado alguna que otra polémica al respecto. Las críticas tienen que ver sobretodo con la utilización de los colores que ha sido tachada de confusa e incluso de infantil.

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Cruce de las calles Consell de Cent con Rocafort

Es importante tener en cuenta que este tipo de intervenciones no deben realizarse a la ligera, pues las áreas intervenidas nos pertenecen a todos y deben permitir ser transitadas de forma segura por usuarios con muy distinta movilidad. Quizás deberíamos pensar estas intervenciones como una “interfaz” que permite a los transeúntes interaccionan de forma idónea con el medio urbano. Como interfaz debería ser pensada en términos de diseño y por lo tanto como un ejercicio equilibrado entre usabilidad y estética. Por un lado deben permitir una rápida comprensión de la nueva organización de los espacios, facilitando así los movimientos de los transeúntes. Por otro lado la gráfica aplicada al espacio público puede realizarse también en base a una experimentación estética, pues eso permitirá dar además una experiencia satisfactoria al ciudadano.

En esta segunda entrega mostraré algunas intervenciones que han prestado especial atención a este equilibrio entre usabilidad y estética, logrando dinamizar el espacio público a través de propuestas gráficas. En especial este tipo de intervenciones toman referencias, tanto del arte conceptual –Barbara Kruger, o la recientemente fallecida Lotty Rosenfeld–, como del diseño aplicado al espacio.

Una milla de cruces sobre el pavimento (1979)

Una milla de cruces sobre el pavimento (1979)

Un referente importante a tener en cuenta podrían ser también los llamados “Supergraphics”, que surgieron en los años 70 del siglo pasado en Estados unidos –con nombres como Barbara Stauffacher Solomon, Lance Wyman o Jean Philippe Lenclos–, o también algunos más recientes como Paula Scher o Morag Myerscough.

Un buen ejemplo de este tipo de intervenciones son las realizadas en el estudio IAA Studio dentro del programa Ciudades Sostenibles, que lleva a cabo el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Latinoamérica.

Este estudio realizó el pasado octubre del año 2019 la intervención titulada “Rionegro Calle Consciente”, en la ciudad de Rionegro (Colombia). La actuación se realizó muy cerca de un hospital, en un cruce con problemas de circulación, con el objetivo de mejorar la movilidad peatonal y recuperar espacios infrautilizados. Para realizar la intervención se implicó al personal sanitario y a parte del vecindario. Conjuntamente repensaron la distribución de la calle, incrementaron el espacio peatonal e incorporaron pasos de cebra en los cruces. Para su realización se optó por un patrón hexagonal que remitía a una temática floral y a la red comunitaria que se pretendía promover. IAA Studio realizó el mismo año y también en colaboración con el BID el proyecto «Montería: Pasos Seguros», en Montería (Colombia), contando con la colaboración de estudiantes de Arquitectura y Comunicación Social – Periodismo. En esta ocasión los motivos estaban basados en los motivos de los tradicionales “sombreros vueltiaos”, de origen indígena.

Otro caso muy representativo es el de Paseo Bandera, realizado en Santiago (Chile) a finales del año 2017. Se trató de una iniciativa del muralista Dasic Fernández, con colaboración de la oficina local Estudio Victoria, el galerista Esteban Barrera y el arquitecto Juan Carlos López. En tan solo 30 días y junto a un equipo de unas 120 personas, se intervinieron una superficie aproximada de 3300 metros cuadrados, transformando una de las calles más congestionadas de la capital de Chile en un paseo peatonal. En un principio el proyecto se pensó como una intervención temporal a raíz del cierre de la calle con motivo de las obras del metro, pero finalmente se decidió mantener como peatonal debido a la buena acogida del proyecto.

Otro estudio especializado en este tipo de intervenciones es Team Better Block, procedentes de Dallas (EE.UU). El equipo está especializado en intervenciones temporales, en la activación de espacios infrautilizados y “robados” al automovil, prestando siempre especial atención en la incorporación de colectivos locales en sus procesos. Un proyecto a destacar es “The Spin Space”, en Salt Lake City (Utah), donde utilizaron lo gráfico para rediseñar una intersección de calles, creando así un paso seguro para peatones y ciclistas. En esta ocasión el equipo colaboró con entidades como Bike Utah y el ayuntamiento de Salt Lake City. Juntos crearon también un espacio para patinetes eléctricos en colaboración con una marca especializada.

Otro proyecto interesante, es el realizado en Barcelona por Leku Studio. Este estudio terminó el año 2019 el diseño de la Superilla de Sant Antoni, en el Eixample. Esta zona está caracterizada por su tejido uniforme, su alta densidad de población y por la carencia de espacios de esparcimiento. La actuación se realizó dentro del programa “Superilles”, promovido por el Área de Ecología Urbana del Ayuntamiento de Barcelona. Este programa pretende utilizar intervenciones “tácticas” para unificar manzanas en unidades superiores, siempre de forma flexible y reversible. El objetivo del programa a largo plazo es establecer un modelo de ciudad más humana, confortable y sana, dando preferencia a los peatones y añadiendo ejes verdes para reducir el efecto “isla de calor” y disminuir la contaminación. La propuesta de Leku Studio se basa en una patrón gráfico que organiza la distribución de elementos urbanos, que son fácilmente agregables y combinables entre sí. Incluye además una “Guía Técnica para Actuaciones Tácticas en la ciudad” para guiar los criterios gráficos, la ordenación y la ampliación progresiva de la intervención, así como para establecer el kit de elementos urbanos que se han de utilizar, asegurando la total reversibilidad, adaptabilidad y reciclaje de los mismos.

URBANISMO TÁCTICO

Imagen © de Del Río Bani

Para terminar es obligatorio mencionar “Strade Aperte”, el programa que está teniendo lugar en Milan para garantizar las medidas de distanciamiento social. El programa contempla el uso seguro del transporte público, la ampliación de zonas peatonales y áreas con limitaciones de velocidad, así como 35 nuevos kilómetros de carril bici. A estas actuaciones se suma la utilización de elementos gráficos para peatonalizar varias plazas de la ciudad, como Piazza Angilberto, Piazza Dergano, Porta Genova o Spoleto Venini. Por ejemplo en Piazza Angilberto se han utilizado una trama de puntos de colores, se ha instalado una nueva estación BikeMi (la empresa municipal de préstamos de bicis), así como asientos, jardineras y mesas de ping pong.

Estos último años estamos experimentando una gran evolución de la organización de nuestras calles. La crisis sanitaria no ha hecho más que acelerar cambios que ya se estaban produciendo y que tienen que ver con la creación de espacios públicos más dirigidos a los viandantes. Los próximos años serán una época de crisis económica y medioambiental, por lo que este tipo de intervenciones “tácticas” seguramente se popularicen cada vez más debido a su bajo coste. Es importante que este tipo de prácticas se planteen de forma cada vez más profesional, pensándose como ejercicios de diseño urbanístico/arquitectónico y ofreciendo, a la vez, soluciones prácticas y experiencias estéticas que beneficien nuestra experiencia cotidiana. Por otro lado es importante también que no se pierda la predisposición que estas prácticas han tenido desde su origen para implicar a los propios habitantes de las zonas donde se implementan. La profesionalización de estas prácticas no debería estar reñida con la participación ciudadana.

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