Parece que se está empezando a superar la gravísima crisis sanitaria producida por la ‘COVID-19’, gracias a un encomiable esfuerzo colectivo. También parece que las medidas de choque, en materia económica y social, han aminorado los previsibles efectos devastadores que se preveían. Pero, pese a existir un moderado optimismo, todos los ciudadanos tenemos claro que nos esperan unos difíciles años, en los que ‘muy pocas cosas volverán a ser igual’. Sin duda, habrá un antes y un después de la pandemia y deberíamos aprovechar para cambiar nuestras vidas, nuestra manera de estar en el mundo, nuestra forma de relacionarnos, pero también nuestras viviendas, nuestros barrios, nuestras ciudades, nuestra organización territorial y la manera de relacionarnos con nuestro medio natural.
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Todo ha cambiado y todo tendrá otro valor
Efectivamente, las ‘viviendas’ ya no podrás ser como eran antes de la pandemia. Los edificios residenciales se tendrán que proyectar de otra manera, con más espacios colectivos y más servicios comunes. Habrá que actuar sobre los barrios, también sobre la relación entre las distintas zonas de una ciudad y sobre la ciudad misma. Y habrá que planificar la organización territorial, no dejándola a la suerte del libre equilibrio de fuerzas o un supuesto mercado, que no era tal, sino simple especulación. Con independencia de la caída de valor que se va a producir a corto plazo, en un tiempo prudencial, las valoraciones y las tasaciones serán muy distintas a como han sido hasta ahora.
¿El mercado ha desaparecido?
El Banco de España ha hecho una serie de recomendaciones a las Sociedades de Tasación por él homologadas y supervisadas. Ha recomendado la no utilización del “Método por Comparación”, al considerar al mercado desaparecido y no existir los llamados testigos o comparables. Sin embargo, en el medio plazo, el mercado, sin duda, volverá. Se valorarán las viviendas soleadas y bien ventiladas, pero sobre todo subirán su valor los pisos que tengan una buena terraza o un buen balcón. Se valorarán más altas las viviendas flexibles, que permitan adaptarse fácilmente a las situaciones cambiantes. Serán más altas las tasaciones de las viviendas que permitan tener vida privada. La situación de las oficinas también esta cambiando por el covid, disminuyendo el espacio de estas.
El valor de las relaciones interpersonales en espacios colectivos
Serán más apreciados y por tanto tendrán una valoración mayor, las viviendas que estén inmersas en edificios con espacios colectivos de relación o de ocio y trabajo. Serán altas las tasaciones de los edificios que tengan servicios comunes, como lavandería, salas de reuniones, de celebraciones, espacios abiertos, como plazas públicas en altura. Aumentará el valor de pisos de los edificios que permitan que sus habitantes se puedan relacionar con sus vecinos. Mejorarán las tasaciones de las viviendas que estén barrios sanos, equilibrados, accesibles y con comercios, servicios y equipamientos cercanos. Por todo lo descrito, creemos que la terrible crisis sanitaria, con el consiguiente confinamiento y ‘cuarentena’ puede compensar sus destrozos con su contribución a otras viviendas, a otros edificios, a otros barrios, a otras ciudades.
En Arquitasa | Sociedad de Tasacion, ya estamos realizando las valoraciones y tasaciones de una manera distinta.
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