El ‘Hospital de Campaña’de IFEMA será recordado, en el futuro, como uno de los símbolos del esfuerzo colectivo para superar la dramática situación creada por la pandemia del Coronavirus. Madrid ha sido una de las ciudades más castigadas del mundo por «COVID-19″, una desgracia planetaria que era imposible prever por nadie unos meses atrás, pero que, sin duda marcarán un antes y un después en la historia de la humanidad.
En Arquitasa valoramos y agradecemos el esfuerzo y la labor desarrollada por todo el personal sanitario y todos los colectivos profesionales que intervinieron en la construcción y puesta en marcha de esta gran obra.

Hospital de IFEMA.
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De «Recinto Ferial» a «Centro Sanitario» en unos días
En cuanto se detectó el problema del contagio masivo y que era inevitable que se produjera el colapso en los hospitales de la Comunidad de Madrid, las autoridades competentes pusieron en marcha la creación de un ‘macro hospital de campaña’, decidiendo transformar el Recinto Ferial de IFEMA, en el Centro Sanitario más grande de España. Lo que parecía imposible se consiguió y en unos pocos días se finalizó la creación del ‘macro hospital’, perfectamente dotado.
Tras unos desajustes iniciales, el hospital de IFEMA ha funcionado razonablemente bien, atendiendo y cobijando a miles de contagiados, a los que, en un porcentaje muy alto, ya se les ha dado el alta médica y han regresado a sus casas.
Es indudable que el Hospital de IFEMA está resolviendo muchos problemas y está funcionando bien, para ser un hospital de campaña, pero gran parte de su éxito es debido a su calidad arquitectónica, a su versatilidad funcional y lo bien dotado que estaba. El Recinto Ferial de IFEMA fue un sueño del recordado alcalde Enrique Tierno Galván.
El Ayuntamiento de Madrid, bajo la dirección del «viejo profesor», convocó un concurso restringido de arquitectura en 1.985, en el que resultaron ganadores Estanislao Pérez Pita y Jerónimo Junquera, habiendo concursado arquitectos de la talla de Andrés Perea y Oíza, entre otros.

Distribución de camas en IFEMA.
Ifema, obra maestra de Junquera y Pérez Pita
Junquera y Pérez Pita proyectaron y dirigieron un gran Recinto Ferial de 150.000 m2, con un gran eje central, al que daban todos los pabellones, enfrentados dos a dos. El recinto tiene un anillo exterior, de circulación rodada, para dar servicios a los distintos pabellones. «Un edificio centrípeto, volcado al interior y con enorme dificultad de buscar elementos referenciales con el exterior se planteó como una abstracción arquitectónica: una sucesión de enormes cajas metálicas perfecta y nítidamente dibujadas por sus aristas, proporcionaban la imagen exterior sin buscar ni pretender crear un tipo arquitectónico identificable», según palabras de Jerónimo Junquera.
El secreto de IFEMA: su ciudad subterránea
Pero, tal vez lo principal del Recinto Ferial es la extensa red de túneles y conductos que circulan en la planta subterránea, bajo el edifico que se visita. Los visitantes que cada año acuden a ARCO no imaginan la ciudad subterránea que existe debajo del Recinto Ferial. Por esos túneles se puede meter lo que se quiera.
Su holgura es lo que ha permitido introducir, con cierta facilidad, todos los servicios que precisa un moderno hospital. Según Oíza, ha recordado Jerónimo Junquera, «la arquitectura se compone de un esqueleto que la sostiene, unos órganos donde se desarrollan las funciones vitales, una red circulatoria que dota de sangre y oxígeno que posibilita el funcionamiento y una piel».
En los últimos años se le ha dado más importancia a la piel, pero Junquera y Pérez Pita previeron un gran sistema circulatorio, que ha hecho que el edificio esté funcionando perfectamente como hospital, pero que, sobre todo ha contribuido a salvar muchas vidas.